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Los contadores de nuestros camiones, pasan anualmente las revisiones de Applus (empresa colaboradora del ministerio de industria) que garantiza la justa medida.

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El gasóleo o diésel, también denominado gasoil, es un hidrocarburo líquido de densidad sobre 832 kg/m³ (0,832 g/cm³),1 compuesto fundamentalmente por parafinas y utilizado principalmente como combustible en calefacción y en motores diésel. Su poder calorífico inferior es de 35,86 MJ/l (43,1 MJ/kg)1 que depende de su composición comercial. El gasóleo es generalmente más sencillo de refinar a partir del petróleo que la gasolina, y contiene hidrocarburos con un punto de ebullición entre 180-360 °C. Los precios en origen de los distintos componentes obtenidos de la destilación fraccionada del petróleo, dependen de las demandas relativas de cada uno de ellos. Si la demanda de gasolina es mayor que la de gasóleo, sobrará este último en las refinerías y bajará su precio. Si aumenta la demanda de gasóleo subirá el precio en relación al de la gasolina, situación que se da en invierno, puesto que las calefacciones consumen gasóleo. Sin embargo, en estas cuestiones también intervienen los impuestos con los que cada país grava los combustibles.

En general el gasóleo, combustible usado de modo casi exclusivo por los transportes de mercancías por carretera (camiones, al menos en Europa) suele tener impuestos menores que la gasolina, para favorecer el tráfico de mercancías, y un precio final menor que ella. Cuando el combustible se destina a la calefacción tiene impuestos (y precio final) aún menores. El resultado de ello es que el motor diésel, que además tiene un rendimiento mejor que el de gasolina, se ha popularizado también en los automóviles particulares lo que ha elevado el consumo de gasóleo y en muchos países se plantea un problema con la cuantía de los impuestos que gravan este combustible. Algo que también interviene en la fijación de estos impuestos, cada día con mayor incidencia, es la cuestión de la contaminación atmosférica porque, aun con técnicas modernas afinadas, el motor diésel emite mucha mayor cantidad de micropartículas que el motor de gasolina (contamina más desde este punto de vista).
Por esta razón, ciertos países, como Suiza, gravan el gasóleo con impuestos mayores y su precio, al contrario que la mayoría de otros países europeos, es mayor que el de la gasolina. Además, debido a los recientes cambios en la normativa de calidad del combustible, las refinerías están obligadas a reducir el contenido de compuestos de azufre, lo que contribuye a aumentar el coste de producción.

En algunas zonas de Estados Unidos, Reino Unido o Australia,4 el diésel puede ser más caro que la gasolina, debido a razones muy variadas: cortes en el suministro en el Golfo de México, extracción de los compuestos de azufre, desvío de la capacidad de refino en masa a la producción de gasolina.5 En la mayoría de los países europeos el contenido de azufre suele estar limitado por debajo del 1 %. En Suecia, existe un diésel designado MK-1 que tiene un contenido de aromáticos, limitados al 5 %, y es ligeramente más caro que el normal, pero menos contaminante.
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